Rodeados de aves y botellas de agua mineral.
Eso pasa cuando aprendes a tocar la guitarra. Las primeras veces te sorprendes de que las canciones se parezcan, te sorprende que tu estes generando ese sonido, esa sensación no tiene igual. (Supongo que meter goles dede asemejarse). Con el Arte es un poco más complicado, dificilmente logras que las imágenes en tú cabeza empaten con las que puedes generar con las manos, es fuente de mucha frustración –sobre todo sí además las piezas que imaginas son costosas de producir-. Cuando logras empatar cabeza con realidad te sabes dueño del universo, controlador de las fantasias. También pasa que dejas de imaginar imposibles y te adecuas a tus posibilidades verdaderas. A veces esa imposibilidad te hiere, porque es admitir que tú mismo no bastas para decir torpemente lo que en teoría quieres gritar con elocuencia. Pero cuando pasa solo puedes agradecer. Gracias Suéter –los seis en el estudio, todos los demás que nos han acompañado-. Suéter en Estación-Arte 2008 23 al 27 de abril 2008. UNAM. Cent